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Vicente López
Cuando uno busca representar al Río de la Plata , hoy en día no puede esquivar a la realidad que nos muestra la contaminación, la suciedad, las orillas descuidadas, la disminución de la calidad del agua. El vertido de residuos industriales y domiciliarios es la principal razón de la contaminación, y los mismos llegan a través de los arroyos que desembocan en el Río, como son el Maldonado, Medrano y Reconquista.
El problema de la polución de los ríos en el mundo entero nos muestra la crisis de agua dulce que existe, teniendo en cuenta que aproximadamente la mitad de los cauces mundiales sufren de esta problemática, y el Río de la Plata se encuentra dentro de los 10 que mayor contaminación poseen.
Uno de los inconvenientes que trae aparejado este cauce es que de él se obtiene el agua potable que consume la población en el Área Metropolitana, y mientras mayor sea el grado de contaminación y menor el de la calidad del agua, más complejo y costoso se torna el proceso de potabilización de la misma.
Sin embargo, hemos visitado la costanera en la zona de Olivos, Vicente López, y se puede observar un fenómeno que debería ser extraño en estos casos. A pesar de la alta contaminación que aqueja a los vecinos, una gran cantidad de personas siguen utilizando las aguas y las costas como balnearios. Lo que llama la atención es que no solo presenta riesgos por el contacto con el agua, sino que también se puede ver cómo las orillas están rodeadas de basura y desechos, y la población no toma consciencia de ello.
Las principales consecuencias que podría traer este tipo de práctica tienen que ver con varias enfermedades como gastroenteritis, alergias e infecciones.
Pero esta falta de consciencia no podemos únicamente referirla a los vecinos que deciden utilizar las costas como balnearios en épocas en que la temperatura ambiente no desciende más allá de los 30ºC. Existe un déficit en cuanto a las medidas que deberían adoptar las autoridades para desalentar este tipo de prácticas y a la debilidad de los controles.
Por último, también hemos podido comprobar la gran cantidad de personas que se acercan a las orillas para practicar la pesca. El Río ha sido y es un gran hospedaje de varias especies marinas, pero en las últimas décadas esto ha ido cambiando, ya que la polución ha ido eliminando la flora y la fauna que se albergaba en el Río. Pero parece que esto no impide a los pescadores aproximarse a las orillas para llevarse la poca fauna que continua con vida, a pesar de que la baja calidad del agua repercute en la calidad del alimento que se puede extraer de él.
El Centro Oeste de Estudios Políticos y Socio Ambientales (COEPSA), elaboró un informe según el cual, las muestras de pescados, estudiadas en los laboratorios de la Facultad de Agronomía y Veterinaria confirmaron la presencia de los metales en la carne e hígado de los peces al igual que los pesticidas y otros tóxicos como clorados prohibidos, transclordano (hormiguicidas) y bifenilos policlorados (que afectan el sistema inmunológico y reproductivo). Estos peces superaron entre 2 y 4 veces los límites para consumo, de acuerdo a los valores de referencia de capacidad mutagénica.